sábado, 17 de julio de 2010
la venganza
Un día, Eduardo fue a cazar osos.
Al encontrarse con un pequeño oso
de color marrón, le disparó.
Entonces, sintió un golpecito
sobre su hombro y, al darse la vuelta,
vio un gran oso negro que le dijo:
- Tienes dos opciones:
o te doy zarpazos hasta la muerte
o dejas que copule contigo.
Eduardo decidió agacharse.
Aunque se sintió dolorido dos semanas,
rápidamente se recuperó;
juró venganza e inició otro viaje para
encontrar al oso negro.
Cuando por fin lo encontró, le disparó.
Entonces, sintió de nuevo
otro golpecito en el hombro.
Esta vez era un enorme oso gris,
más grande aún que el oso negro,
que le habló y le dijo:
- Lo que has hecho te va a doler,
pero tienes dos opciones:
o te doy zarpazos hasta la muerte
o dejas que copule contigo.
Nuevamente, Eduardo se
agachó.
Pasaron muchos meses hasta que Eduardo
logró recuperarse del todo.
Ultrajado, se dirigió de nuevo al bosque
con una sola meta: ¡venganza!
Cuando logró encontrar al oso gris,
apuntó, disparó y . . .
. . . de nuevo sintió un golpecito en el hombro.
Cuando Eduardo se giró,
vio a un gigantesco oso polar que,
mirándolo fijamente, le dijo:
- Admítelo, Eduardo.
¡¡¡Tú no vienes a cazar!!!
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